El vagabundo "Jacky"

por **Jack L. Scott** Jue Jun 23, 2011 7:35 am

Nombre completo:
Jack Larry Scott.
Edad:
Veintitrés años
Nacionalidad:
Estadounidense
Grupo:
Humano
Ocupación:
Es un vagabundo. Su ocupación es velar por su propia supervivencia.
Orientación sexual:
Heterosexual flexible. No tendrá reparo alguno en acostarse con un hombre para comer.

Descripción Psicológica:

Conocido por todos como el vagabundo Jacky, no es más que un joven a quien la vida le dio la espalda. No teniendo donde caerse muerto, su ignorancia y su nula educación le convirtieron desde antaño en el niño salvaje de las calles. Tachado de aberración, depravado y de miles de nombres despectivos a lo largo de su existencia, su vida, ha sido un camino tortuoso, más de lo que podéis llegaros a imaginar. Y eso no sólo se refleja en esos círculos oscuros bajo sus ojos entrecerrados, sino en su propia personalidad. Simplemente, conocédle, aunque sea mínimamente, y luego, juzdgarle.

"Hay que sufrir para aprender el verdadero significado de felicidad."

Y así, los valientes sobrevivirán. Jack siempre ha demostrado su gran valentía frente a todos los obstáculos que se le han ido presentando a lo largo de los años. Valiente de corazón, podría decirse. No estamos describiendo al héroe de la historia, sólo a un hombre que maduró cuando apenas tenía los primeros dientes de leche. A simple vista, su aspecto es muy parecido al de un sabueso salvaje, un lobo que te observa con sus ojos color luna como si fuera a devorarte. No, a Jack no le gusta que se le queden mirando fijamente, le molesta, a veces le espanta y puede sacar a relucir su lado más bravío y agresivo. Nadie le enseñó modales o educación, ni lo que está bien ni lo que está mal. Él mismo se guió por lo que veía, por lo que sentía, sin pararse a pensar en cuestiones que para él siempre fueron poco relevantes. A pesar de su confusión respecto al bien y al mal, su moralidad como humano venció y se caracterizó por ser bastante definida. Sabe que robar no está bien, e intenta hacerlo lo menos posible, pero el comer es una necesidad que estará por delante de cualquier otro aspecto. Actúa por instinto cual animal, no es listo ni tampoco retorcido, nadie le enseñó a serlo, no pudo aprender a serlo. Astuto, lo es, la astucia le ayudó a sobrevivir hasta el día de hoy. Suele vérsele en solitario la mayoría del tiempo, mirando al vacío con nostalgia en sus ojos, perdido en un mundo que no conoce. Pocas veces su voz se pronuncia, y cuando lo hace, apenas se le entiende. Jack no puede tener una conversación fluida ni normal con nadie.

Jack se crió en la calle, que no significa que se trate de un ser peligroso, de una mala persona de la que es mejor negar el trato y toda especie de contacto. Al contrario, si bien es un ser desconfiado por naturaleza, ya que aprendió a base de palos que la amistad en muchas ocasiones es traicionera, es increíble la forma en la que defiende a los suyos; les protege con garras y dientes. Al estar en varias etapas de su vida completamente solo, su falta de cariño ha sido tan grande, que cuando alguien le da motivos suficientes como para que confíe, se aferra a esa persona de forma obsesiva y entregada. Es algo inconsciente que no puede evitar. Si le gustas, y aunque sólo te conozca de un par de horas, puede llegarte a considerar como un familiar suyo y dar su propia vida por defenderte. Al vivir en un mundo prácticamente desconocido para él, su curiosidad no tiene límites. Las cosas más sencillas que puedas imaginarte le divierten como un niño, porque en su interior sigue siendo eso, un niño que se ilusiona con las cosas más estúpidas de la vida. No tiene maldad alguna en sus venas, aunque en muchas ocasiones sus malas adicciones le hagan parecer lo contrario y lo alejen cada vez más de la sociedad. Su apariencia suele mostrarse fría, seria y distante. Sus brotes de locura y agresividad también tienen cabida en su forma de ser. Aparecen cuando su desesperación por ingerir drogas debido a su fuerte adicción a las mismas no es posible, transformándose en alguien totalmente distinto, desmoralizado y nocivo.

Al tratarse de una persona ignorante, es fácilmente engañado por los más retorcidos. Si bien se ha dicho que es alguien muy desconfiado y por esa razón suele rodearse de niños por su pureza e inocencia, podrás falsearle con un discurso que él no logre comprender del todo, pero que le resulte de fiar debido a lo bien que suenan esas palabras, u otorgándole un poco de cariño, su talón de aquiles, para tenerle atado a tus pies y que se convierta en tu perro guardián. Ingenuo e influenciable. Si tú sonríes el sonríe. Si tú lloras él llora. Si tú le mandas él cumple. No es vengativo, ni tan siquiera cuyo significado es sabido por él. Es un buen muchacho, que sólo posee un instrumento, pocos centavos en el bolsillo y una mochila agujereada. Pero ese mismo que sería capaz de dar lo poco que tiene por ayudar a alguien que tiene más que él. A pesar de haber vivido veintitrés años, todavía le queda mucho que aprender de las personas, y lo que dañinamente malvadas pueden llegar a ser en su ingnorancia. Y ahora, díme: ¿Quienes son los malos?, ¿él o ellos?

Historia:

Hay quienes tienen una familia, un hogar y un trabajo. Hay quienes son huérfanos, que viven bajo un puente, y que no tienen ni un centavo para poder comer. Hay quienes tienen todo, y quienes no tienen nada. Jack Scott, conocido como Jacky el vagabundo, es uno de esos porcentajes de personas que no tienen donde caerse muertas. Nació hace veintitrés años en el vientre de una prostituta drogadicta, de padre desconocido inclusive para la propia cuarentona. Los malos hábitos de la prostituta ponían en duda sobre que ese hijo naciera sano o vivo, asimismo. Fue un milagro que ese niño de ojos celestes, puros como los de un ángel, vieran la luz del Sol. El desgraciado bebé, acobijado en los brazos de una madre que le odiaba, fue dejado a su suerte en la entrada de un viejo orfanato de las afueras de Texas. Huérfano a los pocos días de haber sido alumbrado, se crió hasta la edad de cuatro años en un viejo orfanato, donde se le otorgó nombres y apellidos. Intenta ignorar esos años que marcaron el principio de una tortuosa infancia, siendo en muchas ocasiones maltratado físicamente por sus travesuras, o abusado por el director del orfanato en otras tantas.

Escapó del orfanato cuando apenas tenía dientes. Recuerda que corrió y corrió hasta sentir como sus pequeñas y débiles piernas flaqueaban hasta hacerle caer contra el asfalto. Fue encontrado a las pocas horas por un viejo vagabundo y éste lo acogió, convirtiéndose a los pocos años en su figura paterna. Junto a él aprendió a sobrevivir con las condiciones menos favorables; las calles eran su hogar y las ratas su familia. El viejo Bill, que carecía de educación, no pudo enseñarle buenas costumbres o el simple hecho de escribir o leer. Sólo le enseñó a valérselas por sí mismo, a sobrevivir. El viejo sabía que lo mejor para el niño es que regresara a un orfanato, allí tendría una educación y, con el tiempo, a una familia. Pero el niño jamás quiso abandonar al viejo, la figura más próxima a un padre. Bill murió cuando Jack cumplió los diez años, quedándose solo en aquel mundo que le había dado la espalda desde su alumbramiento. Huérfano, falto de cultura, durmiendo en bancos, buscando de entre los escombros comida y ropa... Así pasaba los años el joven Jack. Un niño salvaje en el primer mundo. Sus relaciones afectivas siempre fueron escasas. En ocasiones se unía a varios grupos de vagabundos o de callejeros, siendo éstos últimos los que descarriaron su vida por completo.

A medida que pasaban los años y se hacía mayor, su adicción al alcohol y a las drogas se hacía cada vez más notoria. Nunca fue una mala persona pese a su condición, y su sentido de moralidad hizo que dejara atrás las bandas callejeras y viajar en solitario, como hacía antes, y seguir sobreviviendo hasta encontrar el significado de su existencia. Bill siempre le dijo que todos tenemos un destino y unas metas, sólo hay que encontrarlas y luchar por las mismas. Quizás el temporal, el destino, o fuera lo que fuera, hizo que Jack parara en Alaska. Antes de pisar el extraño pueblo de Homer, encontró de entre los escombros un instrumento -una guitarra para ser exactos- y aprendió a tocarla y a componer sus propias melodías. A sus veintitrés años, un joven ignorante y falto de modales -que no mala persona-, vagabundo y adicto a las drogas, ha descubierto que su principal vocación es la música. Se dice que más vale tarde que nunca, ¿cierto? Además, esto le da para comer y no tener que robar o buscar de entre la mugre. Recién llegado al pueblo, no es muy buen visto por sus habitantes. Un joven de ojeras marcadas que en muchas ocasiones se le ve charlando y jugando con niños, esos a los que considera como sus únicos amigos por su pureza e inocencia. ¿Y tú?, ¿te dejas llevar por las apariencias?

Familiares:

Morgana o Morgan: madre de Jack. Era prostituta al tiempo completo en un burdel de mala muerte, a las afueras de Texas. Lo poco que se puede saber de esa mujer, es que era drogadicta, aparentemente sin sentimientos, pues no tardó en deshacerse de ese hijo no deseado. Sin embargo, tuvo la "decencia" de abandonarlo en un perdido orfanato de las afueras. Jamás supo nada de ella.

Padre: desconocido.

Viejo Bill: lo más parecido a un padre. Le acogió cuando huyó del orfanato y estuvo junto a él seis años, aproximadamente. Le ayudó a sobrevivir y salir adelante, animándole de que algún día las cosas cambiarían y encontraría el significado de su existencia. Fue la persona más importante y significativa para él.

Enfermedades:
Padece anemia y avitaminosis (falta de vitaminas) por la mala y escasa alimentación. Alguna que otra vez ha padecido de siphoneptera (pulgas) o diversas infecciones al vivir en malas condiciones, estando constantemente rodeado de mugre.

Gustos:
» Los niños. Suele hacerse con ellos muy rápido, son sus mejores amigos. Él es el Peter Pan grande.
» Las historias, las leyendas, lo que ocurre en el mundo, el simple hecho de aprender algo nuevo.
» La música; tocar melodías compuestas por él mismo con su vieja guitarra.
» El trato amable de los demás hacia él, el anhelo de sentirse querido por alguien.
» El silencio que habita en las calles cuando no se encuentra nadie en las mismas.
» La comida en buen estado.

Odios:
» La forma repelente en que le observan algunas personas, haciendo hincapié en la clase acomodada.
» Recordar el pasado. A veces, pensar en el futuro.
» No saber leer ni escribir.
» Su vida. En ocasiones, su propia existencia.
» El frío del invierno, debido a que duerme en las calles.
» Terminar en peleas o en algún embrollo parecido.

Fobias:
» Pensar que Dios también le odia y que su otra vida también estará condenada.

Otros:
» Su vida ha estado a punto de cambiar en varias ocasiones, sin embargo, su desconfianza hacia los demás ha sido su perdición.
» Cree en Dios.
» Tiene una obsesión con los niños, por intentar agradarles. La gente le tacha de depravado.